Un día un pordiosero se dirigió hacia la ventanilla de un lujoso automóvil que estaba detenido en un semáforo y ocupado por un elegante y próspero caballero y se entabla el siguiente diálogo:
- Señor, ¿podría prestarme diez euros para comer?
- Pero, ¿no te los irás a beber, verdad?
- No señor, nunca en mi vida he bebido alcohol.
- Entonces, ¿te lo vas a gastar en tabaco?
- No señor, no fumo, ni nunca lo he hecho.
- ¿Te los vas a gastar mejor jugando y apostando *** los otros vagos?
- De ninguna manera. Nunca juego ni apuesto nada.
- Entonces… te los gastarás en putas…
- Jamás he tenido relaciones *** ninguna mujer que no fuera mi novia, convertida luego en mi esposa hasta que me abandonó.
- Entonces toma, no diez, sino cien euros. Pero vente a comer a mi casa.
Quiero invitarte a una buena comida casera y así podrás ahorrarte los cien euros.
El pordiosero, sorprendido, sube al impresionante coche y ya en camino pregunta:
- Oiga, señor, ¿no se enojará su esposa al ver llegar a alguien como yo y que se siente a la mesa a comer?
- Probablemente sí, - contesta el rico - pero valdrá la pena. Tengo mucho interés en que vea en qué se convierte un hombre que no bebe, no fuma, no juega ni se va de putas…