Mansur Lakrad es un joven de 22 años al que la vida le trajo la amarga experiencia de tener que abandonar a su familia cuando, *** 14 años, emigró en una patera hasta España, donde, *** la ayuda de su familia de acogida, ha conseguido estudiar Administración y Dirección de Empresas en Córdoba.
EFE Nacido en Kala (Marruecos), llegó a España en enero de 2001 *** la intención de realizarse personal y profesionalmente fuera de su país, aunque para ello tuvo que dejar atrás a sus padres y a dos hermanos más pequeños que siguen en Marruecos.
Cuando fue consciente de que "tenía que cambiar su situación" comenzó a buscar vías de escape que hicieran realidad un proyecto migratorio que desde pequeño veía "sólo como un sueño".
Durante su estancia en Córdoba ha cumplido "*** creces" sus expectativas, algo en lo que ha sido esencial el papel de su familia de acogida, a los que adora porque le han dado "el apoyo que necesita cualquier chico para crecer".
P.- ¿Qué opinas de Córdoba?
R.- Es una ciudad que me ha dado mucho y bueno, como una familia que me ha acogido desde el principio o la posibilidad de formarme y entrar en la universidad, algo que nunca me había imaginado.
P.- ¿Por qué abandonaste tu país?
R.- Yo vivía en una aldea del interior de Marruecos, donde la gente depende totalmente de la agricultura y las cosechas y, aunque nunca he pasado hambre, cuando creces te das cuenta de que no hay futuro y de que allí se aspira a muy poco.
P.- ¿Cómo llegaste a España?
R.- Primero estuve intentando colarme debajo de los camiones en el puerto de Tánger porque no costaba dinero, pero por desgracia no tuve suerte y no pude conseguirlo. La siguiente opción fue la patera, para la que tuve que pagar unos 1.200 euros que me dio mi madre y que eran prácticamente los ahorros de su vida.
P.- ¿En Marruecos es fácil ponerse en contacto *** gente que trafica *** personas para pasar el Estrecho?
R.- Sí, una vez que estas en el Norte, en los pueblos costeros o cualquier ciudad grande, se ven mucho, e incluso ellos distinguen a los que no son de allí y rápidamente te sirven de guía.
P.- ¿Cómo fue el viaje?
R.- Fue en enero de 2001, por lo que la vigilancia no era tan presencial como ahora y por suerte no nos cogieron. Pude realizar el camino más corto, los famosos 14 kilómetros que van desde Ceuta a Tánger para llegar entre Tarifa y Algeciras. Al principio nos dijeron que duraba dos horas y media y que la mar estaba tranquila, aunque duró cerca de cinco y para mí no estaba nada tranquila, teniendo en cuenta que era la primera vez que entraba a la mar y no sabía nadar.
P.- ¿Pensaste en todos los que han muerto intentando cruzar?
R.- Lo pasé muy mal porque había muchas olas, me mareé e incluso estuve vomitando durante todo el trayecto. Después de cinco horas de viaje cuando llegamos a la costa el patrón no quería llevarnos hasta la orilla y por desgracia llegamos a una zona de rocas, por lo que la gente se empezó a poner nerviosa y a saltar de la patera.
P.- Pero si no sabías nadar, ¿cómo llegaste a tierra firme?
R.- Cuando salté de la embarcación no conseguí tocar tierra y estuve a punto de ahogarme, pero por suerte una de las personas que iba conmigo en el grupo sabía nadar y me salvó la vida.
P.- ¿Qué pasó cuando llegaste a España?
R.- Un grupo de hombres que veníamos juntos en la patera estuvimos un par de días andando por el bosque, ya que nos habían recomendado que no fuésemos por carreteras ni a pueblos porque nos podía coger la Guardia Civil y nos mandaban de vuelta.
Yo estaba especialmente asustado porque era menor y no sabía si en España estaría protegido, por lo que intentaba huir de las zonas costeras.
Durante días estuvo lloviendo mucho y al final enfermé, lo que hizo que decidiese abandonar el grupo y pedir ayuda. Finalmente, un cura de Algeciras me acogió, me llevó al hospital para que me curasen mis heridas y se puso en contacto *** la Asociación Pro Derechos Humanos de Córdoba.
P.- ¿Cómo es tu familia de aquí?
R.- Son gente increíble y para mí fue una gran sorpresa que desde el primer momento, *** culturas diferentes, me acogieran y tomasen la decisión de apoyarme en todos los ámbitos como uno más, aunque era un desconocido.
P.- ¿Cómo se consigue pasar de inmigrante recién llegado a estudiante universitario?
R.- Por un lado porque yo he querido y me he esforzado por estudiar, pero sobre todo por el apoyo permanente de mi familia porque sin ellos, aunque hubiese querido, no lo hubiese conseguido.
EFE Nacido en Kala (Marruecos), llegó a España en enero de 2001 *** la intención de realizarse personal y profesionalmente fuera de su país, aunque para ello tuvo que dejar atrás a sus padres y a dos hermanos más pequeños que siguen en Marruecos.
Cuando fue consciente de que "tenía que cambiar su situación" comenzó a buscar vías de escape que hicieran realidad un proyecto migratorio que desde pequeño veía "sólo como un sueño".
Durante su estancia en Córdoba ha cumplido "*** creces" sus expectativas, algo en lo que ha sido esencial el papel de su familia de acogida, a los que adora porque le han dado "el apoyo que necesita cualquier chico para crecer".
P.- ¿Qué opinas de Córdoba?
R.- Es una ciudad que me ha dado mucho y bueno, como una familia que me ha acogido desde el principio o la posibilidad de formarme y entrar en la universidad, algo que nunca me había imaginado.
P.- ¿Por qué abandonaste tu país?
R.- Yo vivía en una aldea del interior de Marruecos, donde la gente depende totalmente de la agricultura y las cosechas y, aunque nunca he pasado hambre, cuando creces te das cuenta de que no hay futuro y de que allí se aspira a muy poco.
P.- ¿Cómo llegaste a España?
R.- Primero estuve intentando colarme debajo de los camiones en el puerto de Tánger porque no costaba dinero, pero por desgracia no tuve suerte y no pude conseguirlo. La siguiente opción fue la patera, para la que tuve que pagar unos 1.200 euros que me dio mi madre y que eran prácticamente los ahorros de su vida.
P.- ¿En Marruecos es fácil ponerse en contacto *** gente que trafica *** personas para pasar el Estrecho?
R.- Sí, una vez que estas en el Norte, en los pueblos costeros o cualquier ciudad grande, se ven mucho, e incluso ellos distinguen a los que no son de allí y rápidamente te sirven de guía.
P.- ¿Cómo fue el viaje?
R.- Fue en enero de 2001, por lo que la vigilancia no era tan presencial como ahora y por suerte no nos cogieron. Pude realizar el camino más corto, los famosos 14 kilómetros que van desde Ceuta a Tánger para llegar entre Tarifa y Algeciras. Al principio nos dijeron que duraba dos horas y media y que la mar estaba tranquila, aunque duró cerca de cinco y para mí no estaba nada tranquila, teniendo en cuenta que era la primera vez que entraba a la mar y no sabía nadar.
P.- ¿Pensaste en todos los que han muerto intentando cruzar?
R.- Lo pasé muy mal porque había muchas olas, me mareé e incluso estuve vomitando durante todo el trayecto. Después de cinco horas de viaje cuando llegamos a la costa el patrón no quería llevarnos hasta la orilla y por desgracia llegamos a una zona de rocas, por lo que la gente se empezó a poner nerviosa y a saltar de la patera.
P.- Pero si no sabías nadar, ¿cómo llegaste a tierra firme?
R.- Cuando salté de la embarcación no conseguí tocar tierra y estuve a punto de ahogarme, pero por suerte una de las personas que iba conmigo en el grupo sabía nadar y me salvó la vida.
P.- ¿Qué pasó cuando llegaste a España?
R.- Un grupo de hombres que veníamos juntos en la patera estuvimos un par de días andando por el bosque, ya que nos habían recomendado que no fuésemos por carreteras ni a pueblos porque nos podía coger la Guardia Civil y nos mandaban de vuelta.
Yo estaba especialmente asustado porque era menor y no sabía si en España estaría protegido, por lo que intentaba huir de las zonas costeras.
Durante días estuvo lloviendo mucho y al final enfermé, lo que hizo que decidiese abandonar el grupo y pedir ayuda. Finalmente, un cura de Algeciras me acogió, me llevó al hospital para que me curasen mis heridas y se puso en contacto *** la Asociación Pro Derechos Humanos de Córdoba.
P.- ¿Cómo es tu familia de aquí?
R.- Son gente increíble y para mí fue una gran sorpresa que desde el primer momento, *** culturas diferentes, me acogieran y tomasen la decisión de apoyarme en todos los ámbitos como uno más, aunque era un desconocido.
P.- ¿Cómo se consigue pasar de inmigrante recién llegado a estudiante universitario?
R.- Por un lado porque yo he querido y me he esforzado por estudiar, pero sobre todo por el apoyo permanente de mi familia porque sin ellos, aunque hubiese querido, no lo hubiese conseguido.